Sistema hidráulico de Tenochtitlan



El sistema hidráulico de Tenochtitlan, la capital del imperio azteca (mexica), se componía de cinco lagos: Texcoco, Xochimilco, Chalco, Xaltocan y Zumpango. La separación entre los mismos era en parte natural, pues el agua de los manantiales de Xochimilco y Taxco difería del agua salada de Texcoco, pero, en parte, producto de diques construidos por los aztecas sobre el gigantesco lago de La Luna; enorme depósito de agua dentro de una depresión delimitada por un masivo volcánico (caso único en el mundo junto con el del lago Kovou o Kivi, en África). A mediados del siglo XV los aztecas construyen la calzada-dique que uniría la ciudad con las chinampas de Xochimilco. En esta época se delimitan también zonas reservadas a la pesca de uso exclusivo de los tenochcas. Estos lagos abarcaban 2 mil kilómetros cuadrados.
La hegemonía política, económica y militar del imperio azteca dependía, en parte, de la habilidad de este pueblo para explotar económicamente dichos lagos. Sin embargo, graves inundaciones devastaron la ciudad en 1382, 1449 y en 1500. Además, las clases populares sufrían de las emisiones salitrosas producto de la descomposición de los feldespatos sódicos y potásicos que entraban en contacto con el agua (Gruzinski, Serge, Histoire de Mexico, Fayard, París, 1996, p. 212). Con la conquista de Tenochtitlán hace más de quinientos años comenzó la desecación de los grandes lagos de la cuenca del valle de México.